EN BUSCA DEL "HOMBRE DE COBRE
BOLETIN MINERO DE LA SOCIEDAD NACIONAL DE MINERO (SANTIAGO, CHILE) Nº 1183
Por Rosario Rozas
En una vitrina del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, frente a Central Park, se encuentra el hombre de cobre. Se cree que fue un pirquinero aimará -uno de los primeros mineros del norte desértico- que sufrió un accidente en la mina mientras trabajaba, alrededor de los años 400 a 600 después de Cristo.
El azar quiso que este hombre de cobre no permaneciera para siempre en el olvido, escondido en una pequeña mina junto a sus herramientas y enseres personales. Fue en octubre de 1899, cuando en una pertenencia minera conocida como La Restauradora, un grupo de trabajadores que efectuaban un rajo, se encontró con este cuerpo al caer desmoronado un pedazo del cerro en que escarbaban. Obviamente se trataba de un minero indio, muerto mientras trabajaba. Pero ya en esos años de la incipiente Chuquicamata, llamó la atención el estado de conservación poco usual del cuerpo: sin encogimiento de brazos, piernas y manos y su intenso color verdoso. Desgraciadamente, nadie anotó detalles de este descubrimiento, como el tamaño, largo y profundidad del túnel en que se encontraba o las herramientas y objetos que estaban directamente asociados con él.
Con su hallazgo, empezó la historia de este hombre de cobre, sus exhibiciones y peripecias por Chile y el mundo, que no estuvieron exentas de disputas y peleas. Primero fue el tema de la propiedad, ya que la mina en que se encontró el cuerpo pertenecía a un señor Matthews, que la tenía arrendada a un francés de apellido Pidot. El primero alegaba que sólo había arrendado la mina y no a los mineros y el francés reclamaba que la momia era mineral, ya que contenía casi un 1% de cobre. Reconociendo de inmediato su valor, Edward Jackson -uno de los primeros norteamericanos que llegó a trabajar a Chuquicamata- intentó comprarla en 500 pesos, oferta que fue rechazada. Tiempo después y asociado con el minero Toyos que la había conseguido por mil pesos, empezó la exhibición del hombre de cobre; primero en Antofagasta, luego en Valparaíso y Santiago. Pero como nunca vio ganancias decidió venderla.
La sociedad Torres y Tornero la compró en 15 mil pesos, cifra que pagarían en tres meses, hecho que nunca ocurrió. Así y todo, el minero indio viajó a Estados Unidos y fue presentado en la exposición de Buffalo. Cuentan que también formó parte de un circo que exhibía rarezas... como había que pagar los gastos de estadía, intentaron sin éxito vender esta momia, que ya en esos años llamaba la atención. Se endeudaron. Finalmente el hombre de cobre, patrimonio cultural de Chile, fue embargado por la casa Hemenway & Co. de Nueva York. No se sabe bien cómo, pero el año 1905 J.P Morgan la donó al Museo Americano de Historia Natural, donde se encuentra hasta el día de hoy.
Cuando el hombre de cobre fue descubierto, el depósito se trabajaba solamente para obtener atacamita. Los procedimientos mineros de esa época se realizaban principalmente con herramientas de hierro, harneros, explosivos y lo que permitía los medios de transporte. Chuquicamata no era más que un campamento con seis chozas pequeñas (ver fotos). Existían varias minas, con una sola polea sobre la apertura del socavón, un yunque, una pequeña fragua con fuelle y varios harneros con los cuales se separaban los trozos de atacamita, un hidrocloruro de cobre de gran valor por ser de fácil de reducción. Y fue de sales de atacamita de lo que se impregnó el cuerpo de este minero, en un proceso natural único, que lo hace diferente a cualquier otra momia existente. De ahí el interés que despierta entre los expertos.
UN SUEÑO QUE SE HACE REALIDAD
Mónica Cavallini Richani
Probablemente si el hombre de cobre despertara hoy de su sueño de 15 siglos, hablaría en inglés. Poco después de su hallazgo fue trasladado a Estados Unidos, donde se encuentra en una vitrina del Museo Americano de Historia Natural, en el área dedicada a la cultura andina. Pero este pirquinero de nuestro norte es testigo único de la minería pre hispánico, ejercido desde tiempos remotos por los primitivos habitantes del norte del país.
Quizás por eso mismo, hacía tiempo que había intención de mostrarlo en nuestro país, de contar su historia. Y fue gracias a un sueño de Hernán Hochschild que se emprendió esta aventura. Aventura que Mónica Cavallini, Gerente Corporativo de SONAMI, llevó a cabo, concretando en menos de un mes, lo que nadie había conseguido en años: contactó personalmente al Decano del Museo Americano de Historia Natural, viajó a Nueva York, se reunió con expertos y acercó a Chile a este hombre de cobre.
¿Cómo nació el buscar al hombre de cobre?
Hernán llegó una mañana con la idea de que había que traer al hombre de cobre a Chile. Dada la proximidad a dejar la Presidencia de SONAMI y en un conflictivo año para el sector, pensó que sería muy significativo contar con este "primer" minero para ofrecérselo al Presidente Lagos como signo de unión entre las entidades públicas y privadas que conforman el sector minero. Era un sueño, y como tal tenía claro que las probabilidades de éxito eran bajas, sin embargo me encantó con el desafío.
¿Por qué es tan importante?
Porque es el primer minero nortino del que tenemos conocimiento. Este hombre de cobre representa los inicios de nuestra minería. Es el primer PEQUEÑO MINERO, un símbolo para toda la minería: pequeños, medianos, grandes, privados y estatales. Y es también el más fiel exponente de la grandeza del pasado, presente y futuro de este Chile minero, que nos ubica hoy como primer productor de cobre del mundo. Pero además, el hombre de cobre es sumamente importante porque es único en su especie -no hay otros cuerpos de que se sepa que hayan pasado por este proceso de momificación, si es que así podemos llamarlo- dado que según los expertos no es una momia si no que es más parecido a un fósil. Las sales lo secaron; la tremenda sequedad del ambiente logró que el proceso de secado fuera tan rápido que el cuerpo no perdió sus formas y el cobre, bactericida natural, lo conservó en estado excepcional durante todos estos siglos.
¿Y cómo llegó a él?
Empecé mis gestiones a través de terceros y al no tener éxito, decidí llamar directamente al Museo y comunicarme con Craig Morris, su Decano. En el primer llamado, se limitó a escucharme; la segunda vez, él me expuso todas las barreras y dificultades con las que se enfrentaría el proyecto, pero a la vez mostró una cierta apertura a la idea, al mencionarme la posibilidad de estudiar el tema como parte de su plan 2005. Esperé un tercer llamado para decirle que nuestras intenciones eran empezar las gestiones inmediatamente, porque estábamos contra el tiempo, ya que el 2005 teníamos que tener al Hombre de Cobre en Chile. Le expliqué que nuestro proyecto consistía en tres partes: traer la momia en forma de préstamo el año 2005, hacer una réplica para este año y hacer una filmación de la misma fuera de su sarcófago para el mes de Agosto. No me cortó el teléfono, pero perdió la voz por un largo momento y una vez recuperado me dijo en voz muy tenue lo que implicaba abrir la vitrina, mover la momia (situación similar en otras piezas no tan valiosas ni frágiles como la momia en cuestión, tomaron meses y años en concretarse) y que el filmarla al aire libre (es decir sin el vidrio que cubre su sarcófago) era tan complicado como el querer moverla. Pero luego comenzamos a estudiar como sobrepasar las barreras. Él tenía que viajar a Perú, ahí también lo llamé y trabajamos parte de la planificación telefónicamente. Debo recalcar que fue muy gentil y me dio todo su apoyo; ahí me fui a Nueva York, donde aterricé el mismo día de su regreso de Perú. En otras palabras, lo perseguí y lo "molesté" hasta que se rindió.
¿Con qué barreras se encontró?
Si conseguir audiencia con el decano no fue fácil, en Nueva York había que trabajar con el comité conservacionista, el equipo de mantenimiento y cada uno de los sindicatos involucrados. Imagínense que sólo enchufar una luz para filmar, implica negociar con el sindicato de los electricistas y así suma y sigue. Trabajar en el museo y sacar al hombre de cobre de su vitrina, implicaba cerrar un ala completa por lo que negociamos los tiempos de trabajo; pero la negociación más espectacular fue la de los seguros para poder trabajar dentro del museo, que ascendían a la módica suma de 5 millones de dólares, los que conseguí gratis gracias al videista con que trabajé en NY, que me dio los contactos adecuados en un canal de televisión norteamericano, que fue quien nos amparó en su sistema de seguros. También era de máxima importancia conseguir los expertos que realizarían los estudios a nuestro hombre de cobre. No puedo dejar de mencionar a Sergio Rapu antropólogo y arqueólogo de Isla de Pascua que me contactó con el profesor John Loret en NY quién a su vez me abrió las puertas con los científicos del área y así comenzó un cuento de Indiana Jones: conocer a los estudiosos de momias es una aventura en si misma.
¿Cuál es el proyecto?
En primer lugar, traer al hombre de cobre -como préstamo- a Chile. Esto se está evaluando, ya que para su conservación, podría ser muy riesgoso moverlo. También queremos hacer una tomografía computarizada, para con ella hacer una réplica y realizar los estudios científicos forenses, en lo cual ya estamos trabajando y por último, filmar por primera vez esta momia sin los vidrios que la cubren, película que ya tenemos en nuestras manos.
¿En qué condiciones está?
Una de las cosas que se consiguió fue sacarlo de la vitrina y de su sarcófago de vidrio, por lo que la filmación es un testimonio único de su condición. Al parecer está en excelente estado. Tiene un precioso color verde característico del cobre oxidado, que lo hace parecer una escultura de metal. Por lo menos no tiene ningún signo de bacterias o parásitos en su cuerpo que pueda indicar un proceso de putrefacción, lo que habla muy bien del trabajo de conservación y mantenimiento que realizó el museo. Cuando el hombre de cobre fue encerrado en su sarcófago de vidrio, tenía algo de humedad y "parásitos", lo que significa que las celdas de gel, que le aplican bajo su camastro para absorber la humedad funcionan a la perfección. Sin embargo, tenemos que esperar el resultado de los estudios para ver como se mantiene por dentro. El hombre de cobre es totalmente diferente a cualquier otra momia, ya que no fue congelado ni pasó por un proceso de momificación como las momias egipcias: fue el clima seco del norte, las sales de atacamita y el cobre lo que produjeron este proceso natural de fosilización y preservación. A pesar de haberse "secado" el cuerpo no perdió sus formas y muestra piernas y brazos redondeados producto de la rapidez con que se produjo la eliminación de humedad. El hecho de que quedara atrapado en un socavón de minerales aseguró su conservación, ya que se impregnó de cobre, bactericida natural que evitó su putrefacción.
¿Se harán estudios de él?
Era de suma importancia conseguir expertos para realizar los estudios necesarios. Uno de los científicos contactados es el egiptólogo y profesor Bob Brier, quién estaba estudiando a la familia Medici en Italia. Entusiasmado con esta "momia única en el mundo", voló a NY y nos está ayudando. El museo está liderando los estudios, sin embargo queremos influir en el directorio del museo para abrir puertas a la comunidad científica que ya ha mostrado signos de curiosidad por este hombre fosilizado por el cobre. Lo importante, es que a través de estos estudios se podrán contestar un sin número de preguntas: ¿cómo es qué se conservó tan bien?, ¿cuál fue la incidencia de las sales de atacamita en su cuerpo?, ¿qué papel jugó el cobre en su preservación?, ¿cómo pudo mantener sus formas en su proceso natural de secado?, ¿qué tipo de vida tuvo?, las enfermedades que sufrió y las que podría haber tenido de haber vivido más (dado que tenemos su ADN), ¿a qué comunidad indígena perteneció?, incluso quienes descienden de él. Se sabe ya, que a la hora de su muerte tenía alrededor de 25 años y que era un hombre fuerte y extremadamente sano. Imagínate que me llamó hace unos días la jefa del laboratorio del museo para contarme entusiasmada que encontraron restos de comida en sus intestinos, eso nos puede entregar mucha información sobre él, su comunidad y su trabajo. Además, el "revivir" al hombre de cobre se ha convertido en todo un acontecimiento a nivel mediático, ya que tanto el canal de TV National Geographic como el diario The New York Times están interesados en contar su historia.
¿Quién más participa en este proyecto?
Antes de partir a NY y ya avanzadas las conversaciones y agendadas las reuniones con Morris, Loret y Brier, ví que realmente nos estábamos acercando al hombre de cobre, entonces le pedí a Hernán que contactara a Codelco -que hacía tiempo estaba interesado en él- en busca de financiamiento, ya que no lo teníamos. Juan Villarzú se embarcó inmediatamente en el proyecto y nos dio todo su apoyo. Jorge Donoso, Director de Asuntos Públicos de Codelco viajo a NY y estamos trabajando el proyecto en equipo. El hombre de cobre es un símbolo no sólo para la minería, sino para todo el país. Si gracias a la minería Chile tiene un inmenso futuro, también gracias al cobre se preservó este hombre, minero como tantos otros, de ayer, hoy y mañana. Él no sólo representa la unidad de todos los que trabajamos en minería, sino que es parte de nuestra historia.
Jorge Donoso, Director de Asuntos Públicos de Codelco:
Participar en las gestiones para trasladar, aunque sea temporalmente, "el hombre del cobre" (como prefiero llamarlo), hacer su réplica y un vídeo que lo acerque a nuestros compatriotas, ha resultado una experiencia interesante y estimulante. Interesante porque me ha permitido conocer más de este minero, que hace siglos atrás buscaba en el cobre el medio para procurarse su subsistencia y para mejorar sus condiciones de vida. Estimulante porque el afán de este minero demuestra que desde hace mucho tiempo nuestro metal principal era el sostén para el desarrollo de muchos chilenos y eso significa que hoy, con mejores tecnologías, procedimientos más seguros y más amigables con la naturaleza, con mayor razón debemos preocuparnos de que siga siendo un sostén en el desarrollo de nuestro país.
Hernán Hochschild, Presidente de SONAMI:
Creo que hemos revivido al hombre de cobre, un patrimonio importantísimo, no sólo para Chile sino para la humanidad. Gracias a las gestiones de SONAMI, se han abierto un sin número de posibilidades, que van mucho más allá de traerlo. Científicos de connotada trayectoria se han embarcado en nuestro proyecto para estudiar a está "momia", única en su especie. En algún momento pensé que el contar con un video de este hombre, fuera de su vitrina, ya era una tarea difícil. Recordemos que su vitrina no se abría desde que entró al museo, ya que las mantenciones se hacen por debajo de su camastro. Las dudas respecto al proyecto eran grandes y nadie pensó que se lograría lo que se logró. Mónica volvió de Nueva York no sólo con una hora de película inédita, sino que con increíbles contactos con eminencias en el tema de momias que querían participar en el estudio; de hecho uno de ellos viajo desde Italia para estar presente al momento de abrir su embalaje de vidrios. Hoy ya estamos trabajando el programa para la realización de la tomografía que nos dará la réplica y la posibilidad de estudiarlo. Chile estará representado por este hombre en connotados eventos científicos y junto a él la historia de nuestra minería. Cuando le pedí a Mónica que investigara este tema, ninguno de los dos pensó que se iba a potenciar de esta manera. Poco antes de su viaje y con los contactos hechos, nos dimos cuenta que el hombre de cobre estaba generando un verdadero interés científico. Decidimos involucrar a Codelco, ya que pensamos que trabajar en equipo era un punto clave y fundamental para el éxito de este proyecto, que en buenas cuentas es de todo Chile.
Advertencia: el peso del video es de 50 MB puede demorar unos minutos
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